jueves, 8 de mayo de 2008

La fábula de Damilú y el Oubundo

Pequeño relato de amor,
que no fue largo,
pero si duro e imborrable.

Oubundo abrió sus mierdosas fauces para devorar a la pequeña princesita Damilú que atemorizada, venia huyendo de un humanologo pederasta que intentaba violarla con el mango de una escobilla de limpiar inodoros.
Todavía temblorosa, llorando, la princesita se escondió detrás de las patas de un Gliptodonte coriacio algo putito el, pero Oubundo era terrible y todo sabia y veía. Damilú estaba en cuatro patas escondida. Oubundo le vio la colita y cambio de parecer.
—¡Papita para el Oubundo! —dijo el Oubundo, y sin pensarlo mas se abalanzo sobre la pobre y allí no mas la desvirgo, el muy chancho.
Desde entonces la princesita Damilú no hace mas que pasearse por el palacio y las calles de su reino buscando algo de tamaño oubundo, en vano les digo, porque Oubundo hay uno solo.



MORALEJA:
Si te esta por agarrar Oubundo, para que resistirse, ahora si, después no hay tamaño que te venga bien.

1 comentario:

Verónica Bonafina dijo...

juan, voy a confesártelo, nunca leía los relatitos que mandabas por mail. No sé porqué. Pero buelo la idea del blog me inspiró y finalmente puedo decirte algo. en este caso muy gracioso!!!!