martes, 19 de agosto de 2008

Laura

Pascual sirvió café en dos tazas que apoyo sobre la mesa ratona del living donde tenia la radio y la encendio, se sentó en el sillón frente a la ventana a observar como llovía.
Hacia cuatro años que estaba solo, él sentia que eran muchos más. La mujer había fallecido y sus hijos estaban viviendo en Europa.
La única que todas las mañanas compartía el desayuno con el era Laura.
Vio pasar corriendo al hijo de Ramón.
Con Ramon hacia varios años que no se veían, desde aquella pelea que su viejo amigo tuvo con la nuera y como resultado lo internaron en un geriatrico.
Se levanto y arrastrando las pantuflas fue hasta la cocina, se sirvió un vaso de agua de la canilla que tomo de un solo trago.
—Algo que comí anoche —se dijo en vos alta, justificando tanta sed.
Miro el reloj.
—Ya es la hora —Le gustaba hablar en voz alta, sentía que dialogaba con la finada.
Se quedo un rato pensativo y volvió a sentarse en el sillón.
La puerta de la casa de enfrente se abrió, salio un hombre alto con sobretodo, saludo a la mujer con un beso y se fue rumbo a la parada del colectivo.
—Estos son nuevos, yo no los conozco.
Saludo con la mano hacia la calle, sabiendo que no lo veían.
En la radio sonó una cortina musical, una vos femenina anuncio:
—Nuestro proximo programa……. “La mañana juntos” con Laura Castillo.
Se arrellano en el sillón, tomo su taza de café y comenzó a disfrutarlo.

No hay comentarios: