—Así pilar vamos que te quiero toda desnuda.
María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo lo observar mientras va dejando caer el vestido.
— ¡todo mujer, todo!
Pilar esta totalmente desnuda frente a Francisco, quieta, no mueve un solo musculo, no le es necesario, su cuerpo despide un aroma que es suficiente para marear a cualquiera. Una propuesta que a su tiempo Francisco aceptara.

Pilar se arrellana sobre la cama y apoya la cabeza sobre las almohadas.
— Pasa los brazos por detrás de la cabeza, quiero que tus tetas queden turjentes desafientes, como dos rosa a punto de estallar.
Pilar sonrie sabe que sus pechos lo cautivan más que ninguna otra parte de su cuerpo.
— Junta las piernas quiero que solo se vean ese vello, esa selva. Quiero que me des una invitación a la búsqueda.
La Maja pasa sus manos por todo el cuerpo para sentir la sensualidad de la desnudes, así desnuda excitada mira a francisco a los ojos.
— ¡Ole, mujer! Murmura Francisco mientra pone la tela sobre el bastidor y acomoda los pomos de oleo sobre la mesa.